CBD y apetito

El apetito es el deseo de una persona de comer. No siempre está relacionado con el hambre, a veces nos gustaría comer más, aunque acabemos de almorzar. O puede ser al revés: Sabemos que deberíamos comer, porque llevamos tiempo sin hacerlo, pero no tenemos ganas de comer. La repetición diaria de la primera situación puede conducir a la obesidad, mientras que la segunda puede provocar la falta de nutrientes esenciales y algunos problemas de salud.

Además del hambre, hay otros factores que influyen en el apetito. Lo más habitual es que nuestro estado de ánimo y nuestras emociones estimulen o supriman nuestro apetito, dependiendo de cómo reaccione cada individuo ante dichas emociones.

Probablemente estemos familiarizados con la expresión “comida reconfortante”, es decir, la comida que nos hace sentir mejor. La comida reconfortante suele ser poco saludable, llena de calorías, azúcar y grasa, como los dulces y la comida rápida. Normalmente comemos comida reconfortante cuando nos sentimos estresados, con la intención de sentirnos mejor.

Por otro lado, las mismas emociones -el estrés y la ansiedad- pueden suprimir nuestro apetito, por lo que no tenemos ganas de comer. Cada individuo reacciona de forma diferente ante los factores de estrés, incluso la misma persona puede reaccionar de forma diferente en distintas situaciones.

Dado que la regulación del apetito es importante para nuestra salud, es útil saber cómo estimular y suprimir nuestro apetito.

¿Es el CBD un estimulante del apetito?

Probablemente todos sabemos que los llamados “munchies” son un fenómeno común asociado con el uso del Cannabis. El compuesto de la planta de cannabis que se conoce por estimular el apetito y por lo tanto causar los “munchies” es el THC, que es psicotrópico. Pero, ¿se puede estimular el apetito con el Cannabis sin el subidón?

Algunos estudios sugieren que el CBD podría ser un estimulante del apetito. Echemos un vistazo a cómo el CBD estimula el apetito:

El CBD puede promover el apetito a través de los receptores endocannabinoides de dos maneras diferentes. Puedes leer más sobre el sistema endocannabinoide y los receptores endocannabinoides en el blog enlazado.

La primera forma es el efecto del CBD sobre los receptores CB1, que se encuentran principalmente en el sistema nervioso central, parte del cual es el cerebro. El CBD puede promover la producción de ciertas hormonas, como la grelina, responsable del hambre, así como la dopamina y la serotonina, conocidas como “hormonas del estado de ánimo”, que pueden estimular el apetito en quienes carecen de él en situaciones de estrés.

Otra forma es a través de la unión del CBD directamente a los receptores CB2, que están presentes en los tejidos periféricos, incluyendo el sistema gastrointestinal. Por lo tanto, el CBD desempeña un papel en la producción de saliva y ácido estomacal, lo que contribuye al hambre y a una mejor digestión.

¿Puede el CBD también suprimir el apetito?

Sí, puede.

Como antagonista del receptor CB1, el CBD puede reducir el apetito y, por tanto, controlar la obesidad. Así como la estimulación de los receptores CB2 resulta en una disminución de la inflamación y de la ingesta de alimentos, lo que puede ayudar a reducir la obesidad.

También se demostró en estudios con animales que el CBD disminuye la ingesta de alimentos y por lo tanto podría afectar a la obesidad (Farrimond, 2012).

Entonces, ¿el CBD estimula o suprime el apetito?

En realidad, puede hacer ambas cosas. Podemos decir que el CBD regula el apetito. Lo cual es una gran noticia, ya que cada persona reacciona de forma diferente en momentos de estrés. El CBD puede ser útil para aquellos que tienen antojos de diferentes alimentos poco saludables durante los periodos de estrés, así como para los que no tienen ganas de comer cuando el nivel de estrés es superior al normal.

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