SATIVA vs INDICA

La evidencia científica sugiere que la planta de cannabis se origina en Asia Central, donde era autóctona del ecosistema de gran altitud de la meseta del Himalaya. Desde allí se extendió por todo el planeta y ahora se puede encontrar prácticamente en todos los continentes. En muchos lugares el cannabis crece de forma silvestre, pero en la mayoría de los casos se cultiva por sus propiedades beneficiosas únicas. Durante milenios, los seres humanos han estado utilizando plantas de cannabis con fines nutricionales, médicos, recreativos y espirituales, y en los últimos siglos también la utilizan como material de construcción.

Información básica de la planta

La planta de Cannabis contiene más de 400 compuestos químicos, entre los que los más importantes son los fitocannabinoides, los terpenos y los flavonoides, todos biológicamente activos. Eso significa que los tres grupos de compuestos interactúan con el cerebro y con el sistema corpóreo, proporcionando así numerosos efectos beneficiosos. Los dos fitocannabinoides que son producidos más abundantemente por las plantas del cannabis son el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD) que suelen denominarse como los principales fitocannabinoides.

Otros cannabinoides, como el cannabigerol (CBG), el cannabicromeno (CBC), la tetrahidrocannabivarina (THCV) y la cannabidivarina (CBDV), suelen estar presentes en cantidades menores. Muchas veces se los menciona como fitocannabinoides menores. Los terpenos son aceites esenciales que se encuentran en casi todas las plantas y en árboles, donde son responsables del olor, del sabor y en parte también del color. Se ha descubierto que las plantas de cannabis producen más de 200 terpenos diferentes, entre los que los principales son el limonene, el β-carofileno, el linalol y el β-mirceno. Los flavonoides son aquellos que se ocupan de prevenir las enfermedades de las plantas, filtrar los rayos ultravioleta y parcialmente de la pigmentación. Se ha descubierto que las plantas de cannabis producen alrededor de 20 flavonoides diferentes, entre los más importantes son la cannaflavina A, el kaempherol, la luteolina, la orentina, la quercetina y la apigenina.

Cuando los fitocannabinoides, los terpenos y los flavonoides interactúan con el cuerpo, exhiben una acción sinérgica que crea el llamado “efecto séquito”, que potencia los efectos beneficiosos del cannabis. El efecto depende de las cantidades relativas de los compuestos individuales y, por tanto, depende del perfil químico de la planta individual. El cultivo selectivo de plantas de cannabis durante décadas dio como resultado muchas variedades cultivadas que pueden diferir con respecto al contenido relativo de compuestos bioactivos. Esto implica la clasificación de las plantas de cannabis según las diferencias en el perfil químico, lo que puede conducir al reconocimiento de variedades químicas (quimiovares).

El descubrimiento

Las plantas de cannabis fueron clasificadas por primera vez por el botánico Carolus Linnaeus en su obra Species Plantarum, publicada en 1753. Esta obra representa la base de la clasificación moderna de plantas, o en términos científicos, la taxonomía. Linnaeus clasificó las plantas de cannabis en la familia Cannabaceae, Junto al lúpulo (Humulus lupulus) y las ortigas (Celtis occidentalis), nombró el género Cannabis y la especie Cannabis sativa. Hoy en día, de acuerdo con los principios de la taxonomía, las plantas del cannabis se denominan Cannabis sativa L., donde la abreviación L. denota a Linnaeus como el primer hombre en clasificar la planta.

En 1785 otro estimado biólogo Jean-Baptiste Lamark identificó unas muestras de plantas de cannabis de la India como otra especie dentro del género y la llamó Cannabis índica. Hoy en día, estas plantas se conocen como Cannabis índica Lam., donde la abreviación Lam. Se refiere a Lamarck, como el primero en clasificar la nueva variedad de Cannabis.

Cannabis sativa y Cannabis índica

Las dos variedades, la Cannabis sativa a la Cannabis índica se diferencian en sus características morfológicas. Las variedades índicas son más pequeñas, con hojas más anchas y oscuras, flores más llenas, tallos firmes y corteza más delgada. Las plantas del Cannabis sativa suelen ser más altas, con hojas de color claro, más delgadas y puntiagudas. Por lo general, también hay una diferencia significativa en el olor, lo que indica diferentes perfiles de terpenos.

Distinguir entre la especie Cannabis sativa y la especie Cannabis índica a nivel de especie ha sido un tema controvertido durante las últimas décadas. Actualmente, está ampliamente aceptado que las plantas de cannabis son una sola especie, la Cannabis sativa, con otras variedades definidas como sus variantes o subespecies. Las variantes pueden diferir con respecto a la cantidad de los 400 compuestos presentes en las plantas del cannabis y, en consecuencia, con respecto a los efectos beneficiosos debido a su bioactividad inherente.